Una relacion amor odio

En todos los años que llevo andando en bici, nunca he notado tanto como afecta la motivacion a la constancia en los entrenamientos, como ahora, los ultimos 3 años.
Antes me daba exactamente igual pasar semanas, incluso meses sin tocar la bici y luego volver a cogerla. Perder la poca forma que habia alcanzado en un abrir y cerrar de ojos simplemente por "hartarme" de la bici.
Pero en los ultimos 3 años, que es desde cuando me voy poniendo objetivos mas duros, mantener la constancia es algo importante. Todo lo que logras mejorar en un mes de entrenamiento, puedes echar a perder en dos semanas. Vamos, es como dar 1 paso adelante y luego otro hacia atras.
Yo con mucha frecuencia, incluso mas de la normalmente aceptable, tengo estos "bajones" de motivacion. Es cuando digo que me ataca el famoso OSO. Vamos, mi enemigo interior.
En plan broma, suelo decir que tengo un transtorno bipolar con la bici. La amo o la odio. Asi en extremos.
Hay semanas que no quiero bajarme de la bici. Salgo con ella, da igual si llueve, si hace frio, si hay mucho aire...da igual, disfruto muchisimo de cada aspecto de la climatologia. Cuando llueve, estar en la carretera cuando pocos se atreven a salir, sentir el agua en la cara. O luchar contra el aire como si estuviera subiendo un puerto. Me da exactamente igual lo adversa que sea la climatologia. Disfruto de todas formas. Deseo que el tiempo no pase y tengo ganas de pasar todo el dia rodando, pedaleando y disfrutando.
Y por otro lado, hay temporadas en que odio la bici. No siento la mas minima ganas de tocarla, ni siquiera mirarla. No me motiva salir de ninguna manera, y si las condiciones son adversas, pues mas excusas tengo para no salir. Cualquier excusa me sirve, "que si hace aire", "que llueve", "que me duele algo", "que no tengo tiempo", enfin, un monton de excusas que son una cortina de humo para tapar la verdad: no tengo la menor motivacion para pedalear.
Algunas veces esa temporada de bajon dura unos dias, a veces semanas y si no logro reaccionar, puede durar meses.
Puede atacar en temporada de entrenos, antes o despues de alguno de mis objetivos o incluso durante.
Hubo un año que me atacó en pleno IronBike. Despues de casi 1000kms de viaje en coche, pagar una inscripcion de 400euros y todos los gastos de viaje, llego a Italia y despues de 1 par de etapas, perdi completamente la motivacion. Pedalear no me suponia ningun disfrute, ni siquiera el desafio de subir un puerto, una montaña la belleza de los alpes....nada, nada era capaz de hacerme salir de mi coma-bikero.
En otra ocasion me atacó en plena Quebrantahuesos, que fue el año en que me retiré. Y la ultima vez que me atacó en plena carrera, fue el año pasado en la Artec.
Esa semana, he vuelto a ser victima de ese monstruo destruidor de motivacion.
No sé porque, sin comerlo ni beberlo, me encontré el lunes sin la menor gana de tocar la bici (ni rodillo).
Pasó el lunes, vale, tenia la excusa del frio para no salir, pero esa excusa no servia para el rodillo, y los que me conocen saben que puedo estar perfectamente 4 horas haciendo rodillo.
Lunes perruno:


Antes, no tenia tanto remordimiento de consciencia, pero claro, ahora me pongo objetivos (Tracks, Soplao, BPB, 24Doce, etc), y cuando no logro seguir motivada, me deprimo por ello, y es un circulo vicioso que no para de remoerme la cabeza, si no salgo me deprimo, y si me deprimo, no tengo ganas de salir...enfin.
El martes seguia igual, miraba el rodillo y lo odiaba por seguir ahí, tan indiferente a mi crisis interior, señor de su espacio, esperando mi iniciativa de ponerlo en marcha. Pero me sentia incapaz.
Para constrarestar ese sentimiento de culpabilidad, cogi a Beltza y decidí llevarlo conmigo para hacer footing por el monte. Ese dia, inventé un nuevo deporte: FOOSHING. Que viene a ser una mescla de footing y mushing. La descripcion seria: Un individuo que hace footing "tirado" por su perro. Es que el cabroncete tiene una fuerza tremenda, y mas que llevarlo yo, me lleva el.
En el fondo es un buenazo:


Fue una buena manera de cambiar un poco el chip, mover las piernas y intentar sacar de dentro de mi esa ponzoña de la desmotivacion.
Entendeis porque le llamo "cabezon"?


Ahora bien, haciendo honor a su titulo de "perro de globera", el tio ha petado como un campeon. En los 9kms de footing, he tenido que esperarlo unas 4 o 5 veces porque se despatarraba en el suelo a descansar.
Petada en la nieve:

Petada en las calles del pueblo:


Por la tarde seguia con la misma tonica, asi que me obligué a subirme al rodillo. Cuando me obligo a hacer algo es terrible, porque el tiempo no pasa, odio cada minuto que paso en ese suplicio y no sé de donde sacar fuerzas para seguir. He estado 1h40m en el rodillo, y he odiado cada uno de los minutos pasados allí.
El miercoles tenia que ir a mi ex-curro y como tenia tiempo, decidí ir con la bici, en plan tranki, admirando el paisaje, la nieve aqui al lado de casa, y asi, xino-xano, hice 50kms en ritmo cochinero, pero por lo menos ha servido para quemar calorias.
Y ver Orrius con nieve:


El jueves tenia que ir a Mataró, y para evitar coger el coche y tener que aparcar allí, cogi "maciza" y fue pedaleando. A ver, que no es nada, son 10kms entre ir y volver, pero me relajaba mas que ir en coche.
Y llegó el viernes. El mal tiempo ya se habia ido. Solo quedaba el frio. Me decia a mi misma: "-Mañana salgo", pero no habia manera. Por la mañana me levantaba, miraba la bici y no encontraba motivacion.
El sabado llegó igual...y pasó tambien igual. Sin ganas de bici. Sin motivacion. 0 kms.
Bueno, con ese panorama "psicologico", ir a Banyoles estaba descartado. No me importa ir sin estar fisicamente preparada, pero ir sin estar motivada es lo peor. Eso lo dejo para los equipos serios, los pros, yo no tengo esa obligacion y si no voy a disfrutar, prefiero no ir.
Que opcion quedaba: Salir por mi cuenta o ir a la brevet de 200. Descarté la brevet por el madrugon y el frio. Decidí salir por mi cuenta.
El domingo, aun sin ganas, me obligo a salir. En los bolsillos llevo lo suficiente para una ruta larga...nunca se sabe...puede que despues de unos kms, vuelva a encontrar mi musa inspiradora.
Salgo de casa y cada pedalada costa por 100. Que asco. Hace frio, pero es un dia soleado,y si vas bien abrigado se puede disfrutar del dia.
Pero yo no estaba para disfrutar. Cada pedalada parecia una tortura. En Argentona, a 5kms de casa, ya pienso en dar la vuelta. Pero me obligo a ir un poquito mas lejos. Intento llegar a Dosrius. Cada vez que llego a un pueblo, me obligo a ir un poco mas lejos. De Dosrius subi a Canyamars, bajé de vuelta y decidí subir el Collet. Son los mini-puertos que tengo aqui cerca de casa y que no cuesta nada subir. Bajé a Cardedeu y tiré hacia La Roca para volver a casa por Parpers.
Acabé el domingo fatal. Completamente depre por mi falta de motivacion. Seguia sin ganas y no sabia a donde me llevaria ese circulo vicioso, asi que me fui a la cama con una firme decision: El lunes eso tenia que cambiar. Tenia que dar un paso para salir de ese "agujero negro".

Y que hace La Cabra un lunes cualquiera?

Pues eso:

Cogi la flaca y sali, sin planes, sin destino. La cuestion era dar el primer paso.
Subi Can Bordoi, bajé a Llinars y enfilé hacia St.Maria de Palautordera. Destino: Collformic.
Subi al xino-xano, sin prisas,solo obligandome a seguir pedaleando aun sin ganas.

Una vez arriba, volví a bajar hasta el pk.13 donde cogi el desvio hacia Pueblos del Montseny para bajar por Mosqueroles. Un pequeño "atajo" de 3kms que pica p´arriba.
Para castigarme por la semana de bajon, decidí no comer nada durante toda la ruta. Ni cafés, ni pastelitos, ni barritas, nada de nada.
Y asi fue como me encontré, subiendo Collsacreu para volver a casa completamente apajarada, con un globo que haria competencia a Zepelin. La cabeza mareada, el estomago rugiendo tal cual leon hambriento.
Acabé la ruta con 114kms y 1973mts de desnivel. Y parece ser que ya vuelven las ganas de pedalear.

Hoy salí por la N-II para rodar un poco y quemar calorias, cuando iba a la altura de Sant Pol, me encuentro con Nika, que volvia a Mataró, y decidí acompañarla de vuelta, luego tiré hacia el interior hasta Canyamars.
75kms y parece que ya vuelvo a la otra extremidad de mi personalidad bipolar, la que adora la bici.